Dos investigadores británicos crean un «radar» indetectable capaz de localizar personas y sus movimientos mediante el análisis de redes inalámbricas
Batman usó una tecnología parecida en la película «El caballero oscuro» para enfrentarse a Joker.
Ahora llega al mundo real de la mano de dos ingenieros del University
College London. Aunque en vez de usar las ondas de telefonía móvil, su
invento se sirve de las redes wifi para ver a través de las paredes.
Su
sistema funciona en cualquier entorno bajo la influencia de una red
inalámbrica, y sólo necesita dos antenas y un ordenador. Éste analiza
los cambios de frecuencia que sufren las ondas wifi al chocar contra los
distintos objetos en movimiento, y es capaz de situarlos en tiempo
real. Como un radar.
El
principio físico que utiliza para funcionar es el denominado «efecto
doppler». Una propiedad de las ondas ante cambios de dirección y
velocidad —ya sea del emisor o del receptor—. Al chocar contra un cuerpo
en movimiento, la frecuencia de las ondas wifi aumenta o disminuye de
manera sutil. A base de analizar estos cambios, y de triangularlos
gracias a las dos antenas, es posible conocer la posición, la dirección
de movimiento y la velocidad de un objeto, aunque esté al otro lado de
una pared. Los investigadores han publicado un artículo sobre su trabajo
en la revista «Geoscience and remote sensing».
Es indetectable
Así
que, en definitiva, el invento de estos británicos es un radar. Pero
con una particularidad: éste es indetectable. Los radares convencionales
emiten una señal —una onda electromagnética— que después reciben y
procesan. Esa emisión puede ser localizada e identificada, y hasta puede
desvelar la posición del radar. Como el aparato de los británicos
aprovecha las conexiones wifi de su entorno, pero no emite nada, no se
puede localizar. Es lo que se conoce como un «radar pasivo», que ya
montan muchos aviones de combate de última generación y tecnología
«stealth».
Los
investigadores británicos aseguran que han conseguido detectar personas
a través de un muro de 30 centímetros de grosor. Aun así, como su
sistema necesita que los objetos estén en movimiento —para que
modifiquen la frecuencia de las ondas que chocan con ellos— es fácil
esquivarlo simplemente quedándose quieto. Pero todo tiene solución.
Ellos mismos han propuesto mejorar su sensibilidad para ser capaces de
detectar movimientos mínimos como los que se dan al inspirar y expirar.
Ya se han propuesto varios usos para esta tecnología. Casi todos militares. Según «Popular Science»,
el Ministerio de Defensa británico ya estudia la posibilidad de
utilizar esta tecnología en situaciones de combate urbano. También
podría usarlo la policía para diseñar la mejor estrategia antes de
irrumpir en una vivienda para detener a alguien. A fin de cuentas, ¿dónde no hay una red wifi a día de hoy?
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