martes, 3 de enero de 2023

¿Coches "sin conductor"?

 

   Las tecnologías de conducción automatizada avanzan con paso firme y prometen reducir los accidentes de circulación, pero la conducción totalmente independiente aún queda lejos


No se trata de una peligrosa acrobacia, sino de las últimas pruebas de la tecnología diseñada por el proyecto L3Pilot, financiado por la Unión Europea. El equipo de investigación de dicho proyecto ha desarrollado y sometido a ensayo un sistema electrónico para la conducción autónoma de automóviles en calles urbanas y autovías.

Los vehículos autónomos han sido objeto de un gran despliegue mediático en los últimos años. Empresas de tecnología estadounidenses como Google y Uber han invertido miles de millones en investigación buscando hacer realidad una visión que parece sacada de la ciencia ficción: gente que viaja en automóviles sin conductores humanos.

Estas aspiraciones, no obstante, se han visto interrumpidas en ciertas ocasiones: el diseño de los coches autónomos ha resultado ser más complejo de lo previsto. Incluso se han llegado a producir situaciones dramáticas, como la muerte de una mujerestadounidense en 2018 después de que un vehículo autónomo de prueba, propiedad de Uber, chocara contra ella.

Más allá de esto, grupos de investigación como el de Etemad, alejados de la atención pública, están logrando avances muy significativos. En los próximos años, es probable que las calles y carreteras europeas estén más y más transitadas por vehículos con mayor grado de autonomía. Con ello se espera contribuir a que la UE alcance el objetivo de  reducir los accidentes de circulación  desde los 19.900 registrados el año pasado a cero para 2050. La cifra de 2021 aumentó un 6 % con respecto a la de 2020. Si el 30 % de los vehículos que circulan por las carreteras usase tecnología de conducción automatizada, los accidentes de circulación se reducirían en casi un 15 %, según las previsiones de L3Pilot.

Asimismo, los coches automatizados encierran la promesa de reducir los atascos de tráfico (al incrementar la eficiencia del transporte) y el estrés que ocasiona la conducción. “Necesitamos un poco más de tiempo”, precisa Etemad, ahora coordinador de un proyecto europeo de seguimiento llamado  Hi-Drive. “Pero en un futuro cercano, cada vez más vehículos estarán equipados con tecnología de conducción automatizada”, sostiene.

Aspiración


Para los niveles superiores de autonomía, aún habrá que esperar. “El nivel cuatro podría llegar al mercado en forma de taxis o autobuses-robots”, apuntó Etemad. “Su autonomía es muy alta, pero circulan a baja velocidad y en lugares claramente delimitados. Estoy bastante seguro de que a finales de la década podremos verlos en algunas áreas metropolitanas”.

¿Y qué podemos esperar del quinto de nivel de automatización, el que implica que los vehículos circulen autónomamente por todas partes, desde estrechas carreteras secundarias a autovías, pasando por centros urbanos? ¿Es una quimera condenada a no abandonar el universo de la ciencia ficción? Etemad considera que lo es. En su opinión, el coste de la tecnología y de la infraestructura necesaria (como los sensores que informan al vehículo de las condiciones de la vía) sería prohibitivo en un futuro cercano.

“Sencillamente, no es asequible”, expresó Etemad. “Con los conocimientos y la tecnología actuales, debemos centrarnos en los niveles tres y cuatro porque es ahí donde reside el potencial real”.

La investigación descrita en este artículo ha sido financiada con fondos de la UE. Artículo publicado originalmente en Horizon, la Revista de Investigación e Innovación de la Unión Europea.

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