En el mercado de las app, los niños juegan un papel importante. De hecho, este tipo de «app» se han convertido en el mejor aliado de muchos padres con las que entretener a los hijos y disponer de un rato de tranquilidad. ¿O no?
Según Panda Security, compañía especializada en seguridad informática, no es oro todo lo que reluce en el mercado de las aplicaciones y páginas infantiles. Y la verdad es que los datos sorprenden: casi la mitad de las aplicaciones infantiles suscitan serios interrogantes sobre el tratamiento de los datos personales del menor, los datos que recogen y cómo los comparten con terceros.
Según este informe, el 41% de las aplicaciones y páginas web analizadas (casi 1.500 en total) presenta algún aspecto preocupante a ojos de los reguladores. Un porcentaje aún mayor, el 67%, recopila datos personales de sus usuarios (nombres y direcciones de correo electrónico, sobre todo), y la mitad comparte dichos datos con terceros (por ejemplo, empresas del sector publicitario).
Pero eso no es todo. Según la investigación, algunas «app» van más allá y ofrecen al menor la posibilidad de introducir su número de teléfono (22%) o compartir fotos o vídeos (23%).
De acuerdo con GPEN, solo el 24% de las páginas y aplicaciones analizadas promueve que los padres se involucren de algún modo en el uso que realizan sus hijos. Y lo que es más grave: el 71% pone las cosas muy difíciles al progenitor si decide eliminar la cuenta o parte de los datos personales que el menor haya introducido previamente.
Por suerte, no todo son malas noticias. Los investigadores han encontrado algunas herramientas que sí ofrecen controles efectivos o implementan buenas prácticas como paneles de control parental, usuarios y avatares predefinidos (que eliminan la tentación de introducir imágenes o nombres reconocibles), avisos que aparecen cuando el menor intenta introducir información personal o salas de chat que controlan el vocabulario que se emplea.
Panda Security recuerda que no es la primera vez que surge una polémica a este respecto. Las aplicaciones vinculadas con juguetes están en tela de juicio y la Comisión Federal de Comercio, regulador estadounidense y uno de los miembros de GPEN, ya advirtió en 2012 de que las aplicaciones infantiles recogían datos de menores y los compartían con terceros.
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