sábado, 6 de octubre de 2012


Empieza la película, enciendan sus 'smartphones'


Cada vez que entráis en el cine os invitan a apagar el teléfono. Lo mismo ocurre en el teatro. Pero, ¿os imagináis que sucediese lo contrario, que os pidieran que lo encendierais? El fenómeno de la segunda pantalla, nombre que le han dado a ese acto ya cotidiano de ver la 'tele' comentando la jugada desde un teléfono o tableta, ha logrado consolidarse y entrar en el día a día de nuestro salón. ¿Pero que ocurriría si cambiásemos el salón de casa por la sala de cine o la platea de un teatro? Primero  veríamos a muchos escandalizados, después descubriríamos las posibilidades que estas nuevas formas de consumir cultura nos pueden aportar.
Mientras que programas de entretenimiento como ‘Quien quiere casarse con mi hijo’ son hoy medalla de oro cuando se trata de que los teléfonos de sus espectadores ardan, en el cine ayer Nacho Vigalondo daba un paso más en eso  de la 'segunda pantalla' cinematográfica. Mientras su filme Extraterrestre se estrenaba en la plataforma Filmin, el director iba comentando en Twitter cada escena de la película. En poco tiempo algo parecido podría saltar a la sala de cine.
Hace unas semanas se celebraba en Hollywood un congreso sobre el fenómeno de la multipantalla en la industria cinematográfica, era el Multiscreen Summit. 'Apps', teléfonos y tabletas en la sala de cine se convertían en posibles protagonistas de un nuevo modelo de promoción y consumo cinematográfico. La teoría que sobrevolaba este encuentro era la siguiente: si los jóvenes van a usar sus móviles en la sala sí o sí, ¿por qué no explotar esa segunda plataforma?
La industria puede sacar provecho de las 'apps' desde el marketing pero también desde la esfera creativa. Si hablamos de lo primero, las 'apps' pueden ofrecer gran cantidad de datos sobre quién entra en la sala, cómo es y qué le gusta. Pueden invitar a los espectadores a jugar o a opinar sobre lo que van a ver y que se lleven de regalo, por ejemplo, unas buenas palomitas. Las 'apps' pueden, además,  ampliar la experiencia del espectador antes y después del film e introducirle en el universo de la película.
Si hablamos de contar historias, otra posibilidad es la de la interactividad, que el espectador participe de la historia gracias a sus smartphones y tabletas.  Elegir el final de la película o ver en nuestro teléfono una escena paralela a lo que está pasando en la gran pantalla son nuevos lenguajes creativos que comienzan a apuntarse. De hecho, el Festival de Tribeca ha organizado para su edición de este año un concurso para películas multiplataforma.
Si para algunos  ver  un smartphone en el cine es una idea marciana, todo un pecado les resultará encontrárselos en el teatro, el ballet o la opera. Sin embargo, ocurre lo contrario. En España artistas como el dramaturgo Juan Pablo Mendiola ya han empezado a trabajar el transmedia en sus argumentos creativos. En concreto  en su obra Harket  el espectador amplía la experiencia tras leer un código QR en el hall del teatro. Cuenta Mendiola que por su cabeza ronda la posibilidad de generar una app con la que “el espectador pueda entrar en la narración y hacerle participe sin cogerle de la mano y subirle al espectáculo”.
Como Mendiola, otros artistas están probando ya nuevos lenguajes con dispositivos móviles por medio. Lo pudimos ver por ejemplo en el festival de teatro Grec  con la obra Pseudo.
Mientras todas estas posibilidades comienzan a ver la luz, que nadie se alarme si en cualquier teatro madrileño ven a su vecino de butaca con la tableta encendida. Puede que esté disfrutando como nunca del espectáculo gracias a una 'app' generada en la Universidad Carlos III que permite que personas ciegas o sordas sigan con normalidad cualquier espectáculo escénico. Y es que las apps son para todo, pero también para todos.


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